¿PORQUÉ TENGO DOLOR?
¿QUÉ ES EL DOLOR?
Saber qué es el dolor nos ayudará a entender porqué tengo dolor.
El dolor es una respuesta ante una amenaza real o potencial. Es una alarma necesaria para la supervivencia que nos ha permitido llegar hasta aquí.
Pero ¿qué pasa cuando el dolor es crónico?, ¿realmente estamos constantemente amenazados?.
¿Porqué tengo dolor si no existe amenaza? Antes de responder a esta pregunta debemos entender cómo funciona el dolor.
¿CÓMO FUNCIONA EL DOLOR?
En los tejidos existen neuronas llamadas de primer orden, las hay de muchos tipos y los tipos dependen de los estímulos que se encargan de recoger, por ejemplo: la presión, la temperatura, el dolor etc. Este último es tan importante para la supervivencia que tiene neuronas con nombre propio que lo recogen en exclusividad, se llaman NOCIOCEPTORES.
Las neuronas de primer orden serían como los policías de a pie que se encargan de vigilar varias calles dentro de un barrio.
Los estímulos recogidos de los tejidos por las neuronas de primer orden serán trasladados a la médula espinal. Allí se encontrarán con las neuronas de segundo orden, que también pueden ser de varios tipos, las específicas de estímulos nocioceptivos (dolorosos), y otras de amplio rango que recogen estímulos como la presión, el tacto, la temperatura etc.
Estas neuronas de segundo orden serían el coche patrulla del barrio que recibe información de varios policías de a pie.
¿A dónde va esa información?
La información que llega a la médula espinal será transmitida al cerebro, que en este caso sería como la comisaría de la ciudad.
Para ello el coche patrulla utilizará dos frecuencias de radio, una muy rápida para los avisos más importantes que son los estímulos de amenaza real o potencial, y otra frecuencia más lenta para el resto de estímulos.
La información llegará de esta manera a los centros de procesamiento cerebro, nuestra comisaría, donde se traducirán, interpretará y dará significado a los mismos.
Esto explicaría porqué tengo dolor
No todo el dolor se explica así
Pero para el cerebro hay casos claros de amenaza del tejido y otros no tan claros. Los que no están claros pueden ser interpretados como peligrosos sin serlo, cuando esto sucede da lugar a lo que llamamos sensibilización.
Es decir, un estimulo no peligroso nos provoca dolor. Si esta situación se alarga en el tiempo los coches patrulla pueden empezar a emitir todos los estímulos recibidos a través la emisora de urgencias. Esto se traduce en que cualquier tipo de estímulo que se dé en el barrio, ya sea presión, tacto o temperatura será entendido como dolor al llegar a la comisaría.
Por otro lado, en el cerebro se guardan recuerdos e ideas preconcebidas de lo que creemos que es peligroso. Por lo que ante la exposición a un estímulo que relacionemos con estos recuerdos o ideas emitiremos una respuesta aumentada y acelerada con intención de mejorar la eficiencia de la misma.
Es por eso que sí el estímulo nos evoca una lesión previa o sucede en una zona que ha estado dañada con anterioridad podemos generar una respuesta exagerada
Esto sería como si a un barrio conflictivo porque se suceden actos delictivos le mandamos a los Geos por un hurto en supermercado.
Esto explicaría porqué tengo dolor si no existe amenaza
¿QUÉ EMPEORA MI DOLOR?
Los siguientes ítems son factores de riesgo para padecer dolor sobretodo sin amenaza o con amenaza de bajo peligro
-Catastrofismo.
-Miedo al movimiento.
-Experiencias previas
-Expectativas.
-Comorbilidades (lesiones previas, enfermedades metabólicas, medicación…)
-Hipervigilancia
-Inactividad
-Falta de sueño.
-Mala alimentación
La historia de Guatemala
Para entender mejor porqué tengo dolor si no existe amenaza os contaré una historia.
Fue en un viaje a Guatemala durante una excursión nocturna para ver el amanecer en el Tikal. Para llegar allí nos levantamos a las 3 de la mañana, debíamos atravesar un bosque totalmente a oscuras antes de llegar al templo para sentarnos en sus escalones y esperar a vislumbrar un hermoso amanecer.
Caminábamos por un paisaje selvático entre risas y comentarios varios, propios de un estado de vigilia deficiente. Entonces comenzamos a oír rugidos que recordaban al Tiranosaurio Rex en Jurasic Park. Según avanzábamos lo rugidos se incrementaban más y más en número y decibelios, parecían acercarse.
El guía debía tranquilizarnos pero la sudoración, la taquicardia, la boca seca y las ganas de huir no tardaron en instaurarse. Por mi cabeza solo pasaban pensamientos catastrofistas basados en ideas preconcebidas derivadas posiblemente de películas de ficción y drama, «estoy en un país salvaje, en pleno bosque con fauna que en España no existe”. Veía los titulares «5 chicas son devoradas en pleno bloque por una manada de Rex», estos ocuparían todas las portadas pero pronto se olvidaría de nosotras.
Lo que parecía ser y no era
De pronto se dejaron ver, pero ni nos dimos cuenta hasta que el guía los señaló, normal, se trataban de monos aulladores que a pesar de canto y su nombre apenas medían 30 cm y eran inofensivos. Todos los síntomas desaparecieron tan rápido como vinieron. Pudimos completar el camino amenizado por los rugidos, pero ya apenas les prestaba atención.
En el tema que nos acontece diríamos que la sudoración, la taquicardia etc. son el dolor y los monos son el estímulo doloroso que lo provocó .Lo cual nos lleva a entender el porqué tengo dolor y que no todo el dolor es justificado por una amenaza real ni siquiera potencial, ya que los estímulos pueden ser interpretados como tal en base a nuestras experiencias previas, ideas preconcebidas, hipervigilancia o falta de sueño. Reconozco además que si hubiera salido a correr hubiera sido peor aún la respuesta que la amenaza. O como dicen las madres «es peor el remedio que la enfermedad».
¿Cómo explica esto mi dolor?
En relación al la interpretación del dolor se da la premisa de que la persona con dolor mejora tras recibir el resultado de las pruebas exploratorias si en estas no se han encontrado hallazgos graves que justifiquen la magnitud de su dolor, como cuando yo vi el mono.
Esto se justifica porque dejamos de hipervigilar, de tener miedo al movimiento ya que nos han dicho que no nos vamos a romper, dejamos de tener pensamientos catastrofistas imaginándonos invadidos de tumores malignos, y empezamos a mejorar o al menos a involucrarnos más activamente en la recuperación ya que la creemos posible.
¿QUÉ PUEDO HACER PARA MEJORAR MI DOLOR?
Una vez respondida la pregunta de porqué tengo dolor, pasamos a las soluciones.
El ejercicio aeróbico intenso tipo HIIT y el ejercicio de fuerza han demostrado ser los más efectivos en el dolor (por ejemplo el dolor cervical) por varios motivos:
-A nivel fisiológico conseguiremos el aumento del aporte sanguíneo a los tejidos llevándoles más oxígeno y nutrientes
-A nivel hormonal las endorfinas, serotonina y dopamina nos darán una sensación de bienestar físico y mental
-A nivel del sistema nervioso activaremos las vías inhibitorias o moduladoras del dolor que contrarrestan la sensación desagradable.
-A nivel estructural sobretodo si el dolor se relaciona con restricciones de movilidad. El ejercicio provocará la renovación del líquido articular mejorando la lubricación, mejorará las hipomovilidades tanto articulares como de tejido blando mediante la reestructuración de fibras por ejemplo tras lesiones como rupturas muscular no agudas.
Conclusión acerca del dolor
Cada cuerpo es un mundo que debe ser explorado con todas las herramientas y perspectivas posible para obtener un enfoque global, completo y lo más preciso posible. La respuesta a porqué tengo dolor no siempre es sencilla de ofrecer pero los fisioterapeutas vivimos por y para ello. Si sufres dolor y buscas un profesional que te ayude puedes contactar con nosotros. En Alcalá de Henares tenemos las instalaciones de una clínica de Fisioterapia donde trabajan fisioterapeutas formados y dedicados a ayudar a nuestros pacientes. Aquí puedes consultar en qué consiste una sesión de fisioterapia. Puedes coger cita aqui. Te esperamos.
