A menudo nuestra idea de la fisioterapia se limita a una clase de tratamiento médico que suele ser equivalente al concepto de rehabilitación. No obstante, existen muchas ramas dentro de la fisioterapia, como la deportiva, cuya premisa es la prevención, recuperación y readaptación de aquellas personas que están iniciando una actividad física, que ya practican un deporte de forma habitual, o que son atletas profesionales con objetivos más claros y específicos.
Como toda ciencia, la fisioterapia deportiva se nutre de avances tecnológicos, técnicas innovadoras, tratamientos para dolencias específicas y métodos menos invasivos. Es por eso que hoy queremos que conozcas un poco más sobre la electrólisis percutánea intratisular (EPI), creada en 1998 por el fisioterapeuta catalán José M. Sánchez I.; y la electrólisis percutánea terapéutica (EPTE), desarrollada a partir de la primera en el año 2004.
¿En qué consisten estas terapias?
Dentro de la fisioterapia deportiva EPI y EPTE son las técnicas actuales que más se utilizan para el tratamiento de aquellas afecciones que están relacionadas con tendinopatías, fibrosis, ensopatías y roturas musculares. En ambos casos, tanto en la EPI como en la EPTE, el fisioterapeuta aplicará una pequeña corriente galvánica que es continua, constante y sin interrupción.
Para ello hace uso de un dispositivo electrónico que posee una aguja en un extremo, la cual es insertada en el paciente para activar una reacción electroquímica en el tejido lesionado. Este procedimiento mínimamente invasivo induce la ruptura de la fibra dañada, lo que a su vez genera una respuesta inflamatoria localizada, estimulando la regeneración fisiológica mediante la fagocitosis, lo cual dará paso a una regeneración acelerada de la zona afectada.
Asimismo, el fisioterapeuta debe hacer uso de un aparato de ecografía, mediante el cual va a guiarse para localizar la lesión y aplicar la técnica correspondiente. La diferencia entre EPI y EPTE será el nivel de intensidad y la cantidad de tratamiento. La segunda tiende a ser menos dolorosa al aplicarse menos potencia. Otros efectos son: modifica el pH, ablanda el tejido para su remodelación, destruye el tejido necrosado y también es germicida.
El tratamiento de fisioterapia deportiva EPI y EPTE es tan efectivo que la persona afectada podría recuperarse en apenas 5 semanas, lo que representa una relación costo/beneficio importante. Dicha efectividad tiene muchas implicaciones, tanto para las personas que buscan un tratamiento menos invasivo, como para aquellos deportistas que requieren volver a su práctica lo antes posible
